CÓMO CREAR EL LUGAR IDEAL DE ESTUDIO

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¿Alguna vez has sentido esa sensación al finalizar un largo día de trabajo, en el que te sientes tan aliviado al llegar a casa? Lo único que deseas es descansar, relajarte y no preocuparte de nada. ¿Por qué será que te sientes de esa manera? Es porque hay algo en el hogar que sin importar cuán humilde o lujoso sea, te sientes cómodo al estar ahí. Existe una sensación de bienvenida que de alguna manera disminuye el estrés que hubo durante el día. De ahí el término: “hogar dulce hogar”.

Ahora bien, ¿sabías que es posible crear una sensación similar con el objetivo de optimizar el aprendizaje? Así es, sin importar el lugar donde te encuentres es posible crear un estado mental que le permitirá a tu cerebro rendir al máximo.

Analicemos dos maneras muy sencillas pero cruciales para que esto suceda:

1) Reduce el efecto del ruido negativo y 2) Posiciónate adecuadamente Reduce el efecto del ruido negativo Uno de los objetivos de la lectura veloz es aumentar la comprensión a un ritmo más rápido. Para esto se requiere entrar en un nivel de concentración apropiado. Todo el mundo lo logra de una manera diferente, pero el punto es que necesitas concentrarte para obtener el máximo provecho de lo que estás leyendo.

Por ejemplo, si eres estudiante y estás sentado en el sofá completando tu tarea, mientras que tus hermanos están viendo una película, lo más probable es que el ruido te va a distraer. Puede que entiendas una parte de lo que estás estudiando, pero no como si le hubieras dedicado toda tu atención.

Aquí es donde se pone un poco difícil: para algunos pudiera parecer casi imposible encontrar un lugar sin disturbios para estudiar. Pero la idea es eliminar el ruido negativo lo más que puedas, o por lo menos estar lo más lejos de él posible. En sí no es cuestión de encontrar el lugar ideal, sino de la manera como uses lo que tienes a tu disposición para crear las circunstancias ideales.

¿Es todo tipo de sonido perjudicial para la lectura? No. Muchas personas necesitan algún tipo de sonido para concentrarse. Y otros, cuando no les es posible encontrar un lugar tranquilo, contrarrestan el ruido negativo con uno positivo.

Algunos escuchan música suave a volumen bajo en el fondo mientras leen. Otros escuchan música un poco más fuerte, mientras que otros se concentran escuchando sonidos de la naturaleza. Todo depende de lo que funcione para ti. Para ello será necesario que realices algunas pruebas para averiguar la cantidad y calidad de ruido que te ayudará a obtener la máxima comprensión de lectura.

Al utilizar música es necesario ejercer precaución debido a que no todo tipo de música es apropiada para ayudarte a concentrar. Como quizá ya has experimentado, la música logra influir en nuestros sentimientos. Por ejemplo, cierto tipo de música nos puede recordar emociones fuertes y traer a memoria recuerdos agradables o tristes. En otras ocasiones nos puede hacer soñar acerca de nuestro primer amor. Esto será mejor evitar a la hora de intentar aprender algo.

Científicos de la Universidad de Stanford, en California Estado Unidos, han comprobado que ciertas piezas de música clásica del periodo barroco, ayudan a crear un estado apto para mejorar la concentración. Algunos de los muchos beneficios incluyen: Una combinación más eficiente de ambos lados de nuestro cerebro (que ayuda a mejorar el aprendizaje), y un pulso más relajado, que permite a nuestra mente estar más alerta. Ejemplos de música del periodo barroco incluyen piezas de: Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Händel, Antonio Vivaldi, Domenico Scarlatti y Wolfgang Amadeus Mozart.

En ocasiones estaremos rodeados de ruido que pudiera distraernos fácilmente. Esto pudiera incluir el sonido de la conversación ajena, la televisión, el tráfico de la calle, o los vecinos. El llamado “sonido blanco” ha ayudado a muchos lectores a opacar estos ruidos. El sonido blanco es básicamente un sonido constante sin ningún o poco cambio en su tono y ritmo. Ejemplos de sonido blanco son: los sonidos de la lluvia, la secadora, el abanico, y el mar entre muchos otros.

Hay que tener en mente que si ya estamos en un lugar muy tranquilo el sonido blanco tal vez no tenga ningún efecto. En estos casos será mejor utilizar la música barroco o sencillamente leer en silencio sin sonidos adicionales.

Grabaciones de sonido blanco y música clásica se pueden conseguir gratuitamente en muchos sitios de Internet.

Posiciónate adecuadamente Para conseguir el nivel óptimo de concentración queremos crear un ambiente cómodo, con sensación acogedora para que la mente pueda concentrarse sin distracciones o preocupaciones. Sin embargo, también existe el peligro de estar demasiado cómodo.

¿Alguna vez te has acostado a leer en tu cama y de repente te has quedado dormido? En sí, es una práctica muy común el leer en la cama para poder conciliar el sueño. Sin embargo para el propósito de la lectura y el aprendizaje veloz no es recomendable.

En estos casos la mente se vuelve demasiado relajada hasta el punto de aburrimiento y sueño. Una de las razones principales por las que muchos leen tan lento es porque no estimulan su cerebro a una velocidad apropiada. Esto empeora cuando el ambiente es excesivamente cómodo.

Ahora bien, también se puede ir al otro extremo y leer en un ambiente muy rígido y muy incómodo hasta llegar al punto de perder no sólo la concentración sino también el gozo. Por ejemplo si estás sentado en una silla dura o muy pequeña, encontraras que te distraes muy fácilmente y te mueves con demasiada frecuencia. La postura de tu espalda va a sufrir, lo cual es malo para tu salud, provocando que tu mente pierda su enfoque.

Una silla en posición vertical y cómoda le permitirá a tu espalda mantenerse en una posición recta, y así aumentar tu concentración. Un escritorio que te permita tener todo tu material de estudio a una distancia cómoda también te ayudará. Para otros una silla reclinable pudiera ser el lugar ideal. Existe una variedad de opciones, pero lo que importa es que la comodidad sea transparente y que no te robe la concentración.

En ocasiones quizá sea necesario mudar tu lugar de estudio a la biblioteca local, la casa de un amigo, o sencillamente acomodar el espacio necesario en tu hogar. Recuerda que aunque no siempre estarás en control de lo que suceda a tu alrededor, sí es posible crear el ambiente ideal que le permitirá a tu cerebro rendir al máximo.

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